Windows: Microsoft introducirá SSH en Windows y PowerShell

(windowsnoticias.com) El protocolo SSH o Secure Shell, supone el estándar de acceso remoto y administración dentro del mundo Linux y su ausencia dentro del entorno Windows ha sido siempre una de las grandes carencias que ha presentado esta familia de sistemas. Aunque existen diversas soluciones proporcionadas por terceros, Windows carece de un cliente de SSH propio que le permita conectarse a máquinas *Nix y a la vez de servidor, que le permita conectarse desde una máquina de aquel tipo de entornos.

El equipo de PowerShell ha anunciado que las cosas cambiarán en el futuro: Microsoft va a trabajar y contribuir con OpenSSH, el estándar de facto que se implementa en el mundo Unix. De esta forma, pretenden incluir el soporte de conexiones con máquina de entornos Linux.


El equipo de trabajo de PowerShell parece el más adecuado para la labor descrita. Aunque resulta discutible si su potencial como lenguaje de script es mejor que la shell interactiva que proporcionan los entornos UNIX/Linux, no deja de ser el entorno preferido por Microsoft para la gestión y administración desde línea de comandos. La capacidad de poder conectar de forma con sistemas Windows desde un Linux y emplear el potencial que brinda PowerShell no deha de ser una extensión de las capacidades que permite dicho entorno.



Las capacidades de SSH brindan especialmente una comunicación cifrada para conexiones remotas, lejos del ataque de hackers. Aquellos que busquen como alternativa un cliente que proporcione las mismas capacidades pueden optar por el excelente programa PuTTY, que incluye un servidor SSH para conexiones entrantes. Si los planes de Microsoft se cumplen, habrá una razón menos para instalar Cygwin en nuestros sistemas, lo cual es siempre de agradecer.


Incluso con la inclusión de un servidor SSH, Windows tardará un tiempo en convertirse una platadorma igual de eficiente para su gestión remota como lo son aquellas cuentan con sistemas de la familia Unix. La consola que ofrece Windows presenta una interfaz que dista lejos de parecerse a las largas y multiplexadas pantallas de las sesiones de Linux, algo que parece que tardaremos en llegar en Windows. No obstante el trabajo está hecho y supone un punto de partida desde el que sólo es posible mejorar.

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